Más de seis décadas de investigación indican una fuerte conexión entre la salud cardiovascular y la pérdida auditiva. Aunque existen muchas causas de pérdida auditiva, el impacto de esta puede ser mayor debido a enfermedades cardiovasculares. Los científicos creen que todo tiene que ver con el flujo sanguíneo. [1] Los oídos internos son extremadamente sensibles al flujo sanguíneo. Los problemas cardiacos pueden provocar una acumulación de placa en las arterias y restringir el flujo sanguíneo, lo que también causa daños irreversibles en el oído. [1] Además, los delicados nervios de la cóclea desempeñan un papel importante en la conversión del sonido en los oídos a impulsos eléctricos hacia el cerebro.
“El oído interno es tan sensible al flujo sanguíneo que es posible que se noten anomalías en el sistema cardiovascular allí antes que en otras partes menos sensibles del cuerpo”, explica David Friedland, MD, Ph.D., del Colegio Médico de Wisconsin en Milwaukee. El Dr. Friedland lleva años estudiando la conexión entre la audición y el sistema cardiovascular.