Han pasado aproximadamente dos años de pandemia, y el mundo aún se está acostumbrando a la nueva normalidad. En el principio, mucha gente pasó de viajar diariamente a la oficina para el trabajo a “viajar” a la oficina al final del pasillo en su casa. Un cambio tan radical así afecta más que solamente su rutina diaria. También puede haber afectado su audición.
Muchas oficinas corporativas tienen cierto ajetreo o bullicio que provocan cierta cantidad de exposición al ruido. Sin embargo, ya que muchos trabajamos de forma remota, puede que haya experimentado sonidos que no experimentaba antes. La lavadora o el lavaplatos golpeteando, televisiones reproduciendo en el fondo o las risas de niños jugando en el cuarto al lado durante un descanso entre clases virtuales, todos son sonidos no típicos de una oficina. Y en función de donde vive y el ambiente de su casa, aquellos sonidos pueden ser o más o menos silenciosos que su oficina normal.
Además, cuando antes tenía una reunión en persona, ya tiene muchas reuniones virtuales, los cuales pueden obligarle a usar auriculares con más frecuencia que antes. Aunque los auriculares son buenos para reducir el ruido ambiental a su alrededor y ayudarle a enfocarse, el eso excesivo de los auriculares podría dañar su audición.
Otra cosa a la cual quizás no ha prestado mucha atención es la reintroducción a sonidos que no ha experimentado en más de un año. Mucha gente se está preparando para conciertos y festivales, volver a ir de compras en los centros comerciales, y comer en restaurantes, y contrariamente a la creencia popular, sus oídos no se acostumbran a los ruidos fuertes.