Todos experimentamos la cera de los oídos de una manera u otra. Es una parte natural de la vida, ya sea pegajosa, escamosa o crujiente. Pero, ¿qué es, por qué nuestro cuerpo la produce y cómo afecta a nuestra audición? La cera de los oídos se denomina médicamente cerumen. Esta sustancia normal y natural se secreta en el canal auditivo, la conexión entre el oído externo y el interno. La cera de oído se compone de las secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas, así como de las células cutáneas desprendidas del oído. La cera de oído suele recoger algunos amigos más microscópicos, desde el cabello hasta la suciedad y otros residuos pequeños, a medida que se desplaza lentamente hacia el oído externo. Luego, la mezcla de cera realiza de forma natural el viaje hacia el exterior, normalmente impulsada por movimientos de la mandíbula, como hablar o masticar.