Los audífonos han evolucionado tanto a lo largo del tiempo que cuesta creer que un cuerno hueco fuera la única opción disponible en el pasado. La “tecnología” recién llegó a la industria de los audífonos a finales del siglo XIX inspirada por la invención del teléfono. Recién a fines del siglo XX la tecnología fue capaz de idear algo que solo cupiera en el oído, a diferencia del dispositivo con cables que se tenía que sujetar a los pantalones. La tecnología ha avanzado tan rápidamente desde fines del siglo XX que los audífonos actuales son casi invisibles y tienen muy pocas limitaciones en cuanto a los niveles de personalización disponibles.